domingo, 1 de marzo de 2015

Vendetta II

Nuevo domingo, nueva entrega de este diario de entrenamiento. Acostumbro a escribir poco, y estos pequeños resúmenes semanales me ayudan a dar "vida" y continuidad al blog. No es lo que más me gusta hacer, pero puede ser interesante. De todas formas, hoy se me ocurrió una buena entrada, si hay tiempo esta semana, algo que pinta muy complicado, la haré. 


En estos siete días he salido a correr cuatro. Las clases empiezan a ahogar mi tiempo y eso se nota en los entrenamientos. Hoy mientras corría por el monte hablaba con un amigo de esto: hay gente que se obsesiona demasiado con correr y prioriza mal su tiempo y sus fuerzas. El deporte está muy bien, pero hay vida más allá de él. Somos, precisamente, aficionados, lo que significa que correr no es el centro de nuestras vidas, podrá ser algo muy importante, pero nunca el centro. Hay un mundo que conocer ahí fuera. También es cierto que hay personas que aparte de correr parecen no tener nada más que hacer, pero eso es otra historia. 

Al grano, que me lío. Creía que el lunes iba a tener las piernas como palos después del finde, pero la salida en bici y el estiramiento a conciencia posterior surtió efecto. Para empezar la semana hicimos escaleras en el Tahoro, en el Puerto de la Cruz. A mí los parques me aburren un poco, dar vueltas al mismo sitio me resulta tedioso, pero para hacer entrenamientos de calidad están genial. Así, calentamos 20 minutos, luego ocho repeticiones de unos 140 escalones y 10 minutos para enfriar el cuerpo tras la escalonada. Salió un entrenamiento corto, pero intenso. Espero repetir la sesión en unas semanas y hacer más repeticiones. Las escaleras están bien para sustituir a las cuestas. Se me olvidó el móvil, así que el cálculo de kilómetros y tiempo es aproximado.

El martes no pude salir, así que el siguiente entreno fue el miércoles. De nuevo acompañado, salieron 15 kilómetros de asfalto con bastante facilidad. A pesar de ir a un ritmo alegrito, no me noté cansado. Al contrario. Iba con la sensación de que podía seguir con esa velocidad mucho más. Pensé en hacer caso a esa emoción y hacer un  one more, pero pasar por delante de casa mi obligó a desistir. Tiempo al tiempo.

Ni el jueves ni el viernes pude salir. Tuve que editar un vídeo para una tarea de clase y me lié bastante. Hay gente a la que le encanta grabar y montar una pieza audiovisual, pero a mí me saca de quicio. Me pone de mal humor. Me gusta más escribir. El sábado tenía pensado subir al monte con unos amigos, pero la cosa se torció bastante. Vestido para la batalla, me quedé en tierra. Uno de mis amigos, el dueño del transporte, se dejó dormir. Pero no 15 minutos ni 20. Más, mucho más. Se le perdona porque es buena gente. Al final, los dos que nos quedamos colgados decimos salir  "a hacer algo". Este algo fue una tirada de unos 12 kilómetros tranquilos y charlatanes. 

Mi amigo, vamos a llamarle Don Dormilón, se disculpó y quedamos para batirnos en duelo hoy domingo. Creo que estoy más en forma que cuando me preparé Cabra Trail. No es extraño, el mes antes de mi primer maratón me lo pasé escalando y esta vez me lo he pasado corriendo. Subiendo por Til de los Pavos me noté rápido, no iba volando, pero podía apretar sin resentirme demasiado. El compañero se perdió una vez, digo una porque luego lo haríamos juntos, así que a mitad de camino tuve que dar media vuelta para dar con él. Nos encontramos al momento. Como teníamos el tiempo justo, al llegar a Chanajiga hicimos 5 kilómetros de pista hacia La Caldera para volver a Chanajiga y bajar lo que subimos. 

Don Dormilón es diabético, no es un caso extremo, pero tiene que controlarse. De hecho, lleva el aparato para medir la glucosa en sangre en la mochila. Además de azúcar, lo que no deja de hacerme gracia. Es triste, pero a veces uno tiene que ver estas cosas de cerca para darse cuenta de lo que se sacrifican algunos. En el descenso nos pusimos las pilas, tanto, que nos perdimos: "seguro que es por aquí", "sí, sí, vamos bien". Pues no, pero no hubo problema. Nos reincorporamos al sendero menos de un kilómetros después. A falta de poco, decidí exprimirme y ponerme a prueba. Cuando acabé tenía la sensación agónica de haber hecho un 5.000, aunque fue un 24.000. De vez en cuando, está bien.

Resumen semanal:

Lunes: 20' de calentamiento + 8 repeticiones escaleras (140 escalones) + vuelta a la calma (8 Km)

Martes: free

Miércoles: salida rodadora de asfalto (15,68 Km-1:23:39)

Jueves: free

Viernes: free

Sábado: salida rodadora de asfalto + trabajo de fuerza (12,39 Km-1:09:39)

Domingo: salida de montaña (23,72 Km-2:51:13)

Total semanal kilómetros: 59,79 
Total semanal horas: 6:38
  

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