Unos cuantos correos
cruzados y la decisión estaba tomada. A finales de octubre estaré corriendo
Eurafrica Trail. El primer día una etapa de 25 Kilómetros en el Parque Natural
de los Alcornocales, por lo visto la masa forestal de alcornoques más grande
del mundo. Al día siguiente, después de cruzar el estrecho y desembarcar en África,
la cuna de la humanidad, 30 kilómetros de recorrido con una cota máxima de 1.803
metros sobre el nivel del mar.
Ese es el hecho, y ya
hablaré más de la carrera, que promete, pero es más importante lo sentimental.
Mi último gran objetivo fue Transvulcania aunque no fue ni la de este año ni la
modalidad más larga. En el 2015 me propuse hacer el maratón. Me preparé con
ganas y llegaba bien a La Palma, sin embargo, todo se torció. La noche anterior
a la carrera empecé a asfixiarme y a tener fiebre. Cogí una de las peores
gripes que he tenido en los últimos años. Aún siento los temblores.
No corrí, claro que no. En
eso se quedó mi reto, porque después no hubo momento para plantearse otros. En
verano hice las prácticas de empresa, después vino el último cuatrimestre del
curso y el Trabajo de Fin de Grado, alias TFG. Afrontadas una por una y en
solitario estas tres exigencias académicas no son para tanto, nada que no se
supere con una pisca de esfuerzo. No fue el caso. He tenido la suerte, porque
hoy en día lo es, de trabajar desde primero de carrera y eso ha ajustado mucho
mis horarios. En los primeros cursos sacaba tiempo pero este último año no he
podido.
Por unas cosas o por otras
dejé de correr tan a menudo. Salía de forma intermitente y kilómetros hacía los
justos. Así es imposible participar con un mínimo de dignidad en cualquier prueba.
Los meses fueron pasando y me mantuve en esa no rutina deportiva hasta que
terminé mi TFG en julio. A partir de ahí empecé a salir en bici, mucho. Me
encanta montar en bicicleta. ¿Hay un placer mayor? Si tuviese el dinero suficiente
como para comprarme una de las buenas dejaría de correr, por lo menos un
tiempo.
Mientras hacía kilómetros
sobre dos ruedas confirmé que iría a Eurafrica Trail. Lo más difícil ya ha
llegado: la preparación. En realidad, mi método de entrenamiento es anárquico.
Lo siento, pero corro cuando me apetece y cuanto me apetece. Sé que no es lo
correcto. Sé que los runners se
reirán de mí. Sé que algún entrenador se llevará las manos a la cabeza cuando
lea estas líneas, pero es que soy así. Me gusta correr por correr.